Las estaciones tan marcadas y características que tiene Esquel, la convierten en un paraíso para el safari fotográfico durante todo el año.
Hay contrastes inimaginables para distancias tan cortas: entre el Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio de la Humanidad y Piedra Parada.
Además, la ciudad está ubicada en un ambiente de ecotono, punto medio entre el húmedo bosque andino patagónico y la estepa. Cerros y espejos de agua armonizan la convivencia entre estos ambientes tan opuestos y cercanos, dotando a Esquel de una singular diversidad de especies residentes y migrantes, que no se repite en otras localidades de la región.
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